Sendero al Alpujata - Castillo de Monda | Hotel y Restaurante

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Sendero

Al Alpujata

Costa del Sol
Castillo de Monda - Relajarse en Historía

Senderismo a la Alpujata los Morales

La ruta de Alpujata-Los Morales discurre por unos bellos parajes donde nos encontramos con pinares y alcornocales, campos de labor ocupados por olivos, almendros y huertas, antiguas caleras y corrales de ganado… un paisaje que es fruto del diálogo entre el Hombre y la Naturaleza a lo largo del tiempo, no en vano pertenece a la Reserva de la Biosfera de la Sierra de las Nieves.

Este recorrido es de carácter familiar y de nivel bajo, ideal para disfrutar y compartir la naturaleza y el deporte con los niños.

La duración aproximada es de una hora y por el camino podemos encontrar paneles informativos sobre flora, fauna y las actividades tradicionales que se han desarrollado en estos lugares. El plano de esta ruta se encuentra al final.

Partimos de la fuente del Carbonero, en la plaza de la Ermita (1) y ascendemos por calle Hospital tomando un carril hormigonado y, tras pasar bajo la carretera A- 355, giramos a la izquierda y llegamos a una curva (2) para divisar un bello paisaje: el pinar de Cerro Gordo y la Sierra de Alpujata.

Bajando disfrutamos del camino entre olivos, almendros e higueras hasta llegar a un cruce con tres caminos (3) donde tomamos el del centro, que seguimos sin desviarnos llegando al arroyo de Alpujata, de aguas estacionales, donde antaño lavaban la ropa las mujeres y donde adelfas, juncos y otras especies vegetales nacen en sus márgenes, mientras encontramos típicas y espinosas chumberas en los linderos de las fincas, ceñidas por muretes de piedra.

Seguimos adelante y observamos la huella de los oficios tradicionales materializada en un horno de cal o calera (4), estructura cilíndrica donde se elaboraba la cal a partir de la roca caliza, muy abundante en la zona.

Seguimos disfrutando del recorrido hasta llegar, poco más adelante, a la fuente de los Morales (5) que, protegida bajo un paternal quejigo, escancia aguas férricas en rústica pila de mármol.

En ella podemos descansar y tomar un tentempié disfrutando del frescor y de las vistas de alcornocales y naranjales.

Volviendo sobre nuestros pasos tomamos una vereda que cruza el arroyo, el Portillo de las Ánimas (6), y llegamos a la Alberca Grande, corazón de las huertas de Alpujata, donde se almacenan las aguas del arroyo para regar los numerosos bancales de huertas que se extienden a sus pies.

Nos dirigimos hacia el parque de los Llanos de Alpujata (8) por un camino hormigonado ceñido por huertas y pequeñas viviendas.

El lugar posee zonas de esparcimiento y un circuito biosaludable, albergando numerosas especies de la zona como moreras, chopos o álamos, que crean un ambiente agradable y acogedor.

Tras el descanso iniciamos el retorno volviendo al cruce de caminos inicial (3) y al pueblo, donde podemos reponer fuerzas y comer en algunos de sus bares de tapas o restaurantes.